La inmediatez de los
medios electrónicos ha banalizado las comunicaciones. Eso fue lo que le dije a
Diego.
Hoy me siento muy
viejo. Quisiera no pensar en mi edad, pero es una idea que salta en mi vida a
cada momento. Un tic tac. No entiendo como la gente logra seguir hasta la
vejez. Quizá tener hijos ayude. Me siento tan fracasado. He luchado toda mi
vida con la sensación de fracaso, con el miedo al fracaso. Un fantasma, una
sombra a lo largo de todos los días de mi vida.
“Soy un
perdedor. I’m a looser baby, so why don’t you kill me.”
Y lo hizo. En cierta
forma me mató. Yo seguí, pero algo en mí murió y era algo importante. No puedo
definir exactamente qué fue.
Dejé de escribir desde
que salí de México. Estas líneas soy yo buscando a ese otro hombre que
escribía. Está oscuro, esta linterna busca a un hombre más joven, en las
tinieblas, escribiendo a ciegas en una libreta, sólo, drogado, triste,
escribiendo a lo perdido en un lugar oscuro. Y mientras busco, descubro que soy
yo al que busco y la linterna se paga y me siento en el piso a escribir a
ciegas.
Yo construí navíos en la tierra. Nunca tocaron
el mar, nunca los vio nadie. Hace tiempo que todos los quemé.
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